El profesor y los camaradas – 7

Obra dramática en un acto

de Rafael Rodríguez Tapia

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(Continuación)

EULOGIO.- ¡Es la hostiaa! ¡Cómo habla este fulano!

PETRA.- Bla, bla, bla, bla.

EULOGIO.- Oye, Petra, ¿seguro que este no es un burgués estudiao?

JUAN.- Camaradas, un poco de respeto revolucionario. Catalizador de las masas populares progresistas en la lucha a la que ahora nos vemos abocados.

Todos callan unos segundos.

ORTEGA (a SOLEDAD)- ¿Qué ha dicho?

EULOGIO (asintiendo a PETRA)- Bla, bla, bla, bla.

JUAN.- Camarada José Ortega: en estas horas de supremo peligro para nuestra república, es preciso aunar fuerzas en su defensa. En los comités hemos acordado un texto que deberá ser firmado por ti así como por otros señalados camaradas. Este.

JUAN muestra una cuartilla escrita a mano.

ORTEGA.- Un manifiesto.

SOLEDAD.- Un manifiesto.

EULOGIO.- Palabrería. Esto va para largo.

PETRA.- O se está con los facciosos, o se está con la república.

EULOGIO (canturreando)- … y el puchero a la lumbre con agua sola…

PETRA.- Oye, buena idea. (A SOLEDAD) A ver, niña, tráete algo de cenar, que ya va pesando la noche.

EULOGIO.- Y de beber, sobre todo de beber.

SOLEDAD.- No me da la gana.

PETRA.- Ah, claro, que no está el servicio. Pues va a haber que ir acostumbrándose. Venga una cena.

PETRA se levanta de la butaca y rápidamente engancha a SOLEDAD de un brazo, y la arrastra hacia el pasillo de la derecha. SOLEDAD se zafa del agarrón pero consiente en ir a la cocina.

SOLEDAD.- No me toque. Mucha anarquía, pero la cocina sigue siendo cosa de mujeres, ¿no?

PETRA.- Andá, qué delicada. Ni que una tuviera tiña.

Ambas SALEN por el pasillo de la derecha.

ESCENA 4

ORTEGA, EULOGIO, JUAN

JUAN.- Se trata, Ortega, de incorporarse a este manifiesto por la república popular y socialista de España, atacada en este momento por los facciosos alzados en armas en diferentes frentes que…

ORTEGA.- ¡Estoy al tanto, no se moleste! Traiga esa cuartilla. En esto de apoyar a la república le puedo asegurar que tengo cierta práctica.

JUAN, cortado, se la acerca. ORTEGA se incorpora; parece algo mejorado. Lee rápidamente.

ORTEGA.- … cuando se pone en cuestión la soberanía del pueblo…; … los inicuos sucesos que han tenido lugar en…; … las fuerzas reaccionarias en connivencia con…

ORTEGA termina de leer y permanece meditabundo.

EULOGIO.- Bueno, ¿qué? ¿No eres el filósofo de la república? ¡Firma ya! A lo mejor el señorito es de los que no eran tan serios. Cuando todo va bien, pues alegría. Pero cuando vienen los problemas, a mirar con cuidado dónde se pisa… Pues verás ahora cómo te mojas de rápido. Porque si no firmas… Ya sabes.

(Continúa)