15 Jun Platón: La república, VIII 562 a-562d. Gredos, trad. de Conrado Eggers Lan.
Aristóteles: Metafísica, Libro I, capítulo tercero. Gredos, trad. de Tomás Calvo Martínez.
De los que primero filosofaron, la mayoría pensaron que los únicos principios de todas las cosas son de naturaleza material: y es que aquello de lo cual están constituidas todas las cosas que son, y a partir de lo cual primeramente se generan y en lo cual últimamente se descomponen, permaneciendo la entidad por más que esta cambie en sus cualidades, eso dicen que es el elemento, y eso es el principio de las cosas que son, y de ahí que piensen que nada se genera ni se destruye, puesto que tal naturaleza se conserva siempre (…).
Por lo que se refiere al número y a la especie de tal principio, no dicen todos lo mismo, sino que Tales, el introductor de este tipo de filosofía, dice que es el agua (de ahí que dijera también que la tierra está sobre el agua), tomando esta idea posiblemente de que veía que el alimento de todos los seres es húmedo (…).
Anaxímenes y Diógenes afirman que el aire es anterior al agua y que, entre los cuerpos simples, él es principio por antonomasia. Por su parte, Hipaso el metapontino y Heráclito el hefestio (afirman) que lo es el fuego, y Empédocles, a su vez, añadiendo la tierra como cuarto a los ya mencionados, (afirma) que lo son los cuatro (…). Anaxágoras el clazomenio (…) afirma, en fin, que los principios son infinitos: en suma, viene a decir que todos los cuerpos homeoméricos, como el agua o el fuego, se generan y destruyen únicamente por reunión y separación, pero que en ningún otro sentido se generan o destruyen sino que, antes bien, permanecen eternos.