01 Jun Platón: La república, VIII 562 a-562d. Gredos, trad. de Conrado Eggers Lan.
Platón: La república, VIII 562 a-562d. Gredos, trad. de Conrado Eggers Lan.
– Vamos a ver ahora, querido amigo, con qué carácter surge la tiranía; pues es bastante claro que surge por un tránsito a partir de la democracia.
– Suficientemente claro.
– ¿Y no surge del mismo modo la tiranía de la democracia que la democracia de la oligarquía?
– ¿De cuál modo?
– El bien que se proponía la oligarquía, y por el cual esta fue instituida, ¿no era acaso la riqueza en exceso?
– Sí.
-Y el deseo insaciable de riqueza, y el descuido de todo lo demás por lucrar, es lo que la ha perdido.
– Verdad.
– ¿Y no es a su vez el deseo insaciable de aquello que la democracia define como su bien lo que hace sucumbir a esta?
– ¿Y qué es lo que dices que define como su bien?
– La libertad; pues en un Estado democrático oirás, seguramente, que es tenida por lo más bello, y que, para quien sea libre por naturaleza, es el único Estado digno de vivir en él.
– En efecto, es una frase que se dice mucho.
– Por lo tanto, como iba a decir ahora, el deseo insaciable de la libertad y el descuido por las otras cosas es lo que altera este régimen político y lo predispone para necesitar de la tiranía.
– ¿De qué modo?
– Cuando un Estado democrático sediento de libertad llega a tener como jefes malos escanciadores, y se embriaga más de la cuenta con ese vino puro, entonces, pienso, castiga a los gobernantes que no son muy flexibles ni proporcionan libertad en abundancia, y los acusa de criminales y oligárquicos.