01 Jun El Coyote vive
El Coyote vive
Ramón Nogués
El propietario de esta camioneta sí que sabe en qué mundo está. Juro por todo lo que haga falta que la foto, hasta donde yo sé, es auténtica y, en todo caso, no apañada por programa alguno de imagen por ordenador.
Veamos: abollas la camioneta o, por el lugar en el que está la cosa, parece más bien que te la abollan. Vaya marrón. ¿Qué te lleva a tener que encontrar una causa rastreable? Pues ya sabemos: quizá el miedo al cónyuge (obsérvese que no manejamos género ni sexo) al volver a casa, puede que la rechifla de los amigos (neutro) al llegar por la tarde al bar de reunión… O a lo mejor nada, o nada más que dar fe de la intervención de Lo Verdadero Increíble.
¿Acaso no circulan entre nosotros el Correcaminos, el Coyote, Silvestre, Piolín, el pato Lucas, Elmer, Bugs, Speedy y los demás dementes? Naturalmente que están y viven entre nosotros: desde el primer día que cada uno conoció su existencia, seguramente una tarde de sábado y a través de la tele. Es verdad que esa abolladura pudiera estar provocada por muchas otras cosas: una carrera a ciegas de las típicas de Speedy, una perdigonada descontrolada de Elmer. Los que saben, saben que casi todas las que creemos causas razonables no son más que maquillajes admisibles por el común de los mortales, distraído de las causas verdaderas. Los que de verdad cortan el bacalao, viven en la pomada, venden el pescado y mueven los hilos son los que son y habitan en el mundo, mundo que no es otra cosa que lo que sabemos de él, y lo que sabemos de él de ninguna manera tiene por qué prescindir de esa parte importantísima que es la vida de estos mastuerzos demenciados con normas tan verdaderas y tan serias (hambre, pereza, vagancia) que nos tenemos que defender diciendo que son cosas suyas, cuando en realidad son más nuestras pero da como pudor reconocerlo.
Cuando te caiga una caja de caudales en la cabeza al cruzar una avenida, no lo dudes: hablarán de un avión de Hacienda que pasaba por allí, buscarán cualquier excusa, pero en realidad habrá sido el pato Lucas el que te la ha tirado. Y, por supuesto, si hay alguien capaz de abollarte la camioneta limpiamente, el pobre coyote con todo su morro y su barriga es el arma de elección. Como tanta verdad es insoportable, se empezarán a inventar coches, cruces de calles y todo eso. Pero, ya nos lo enseña Hume, tenemos tantos motivos para afirmar eso como para afirmar que ha sido el Coyote. Así que ya sabemos.