01 Ene Parece para estudiantes pero es para todos
Parece para estudiantes pero es para todos
Poesía barroca comentada. Rocío Calvo, José María Barrera y Francisco Sianes. Editorial Alegoría, Sevilla, 2017.
La editorial Alegoría es una de estas editoriales heroicas que se propusieron ya hace años llenar los huecos de conocimientos que dejaban los programas oficiales de estudios, editando títulos de confección ad hoc. Los clásicos, los antiguos manuales, los manuales según las nuevas leyes: todo eso ya estaba y ya está. Lo que no estaba ni está es casi todo el conocimiento que cualquiera con un mínimo de cultura sabe que es lo necesario para completar un bachillerato con un mínimo de decencia, y no digamos ya entrar en la universidad.
Probablemente dedicaremos más entregas a hablar de esta editorial, que además está ahora mismo ampliando sus horizontes y saliendo hacia el más allá del mundo educativo. Pero de momento lo que nos impresiona es su trabajo ya consolidado y difundido desde hace años, hasta tal punto que se hace difícil comprender cómo alguien puede impartir la asignatura de Literatura en ESO y Bachillerato sin hacer uso de esta colección, Clásicos Originales Comentados.
Porque ahora comentamos este, el de Poesía Barroca, que nos ha dejado impresionados a varios de por aquí, pero hay otros, como el de Poesía del 27 y del 36 comentada, por ejemplo, y epistolarios de personajes señalados, que nos hacen preguntarnos de dónde sacan su tiempo, su energía y su empuje, a la vista de experiencias anteriores si no similares sí por lo menos muy cercanas, de editoriales que lo intentaron y fueron, por supuesto, bombardeadas.
En fin, el lector ya mayor puede coger este libro dividido en tres partes y recordar aquellos lejanos estudios que le dejaron alguna laguna molesta al forcejear con Góngora, o un enigma incómodo a base de apretón semántico de aquellos adjetivos de Quevedo, o quizá no tanto lagunas como simple deseo de seguir adelante con Lope aun sintiendo que ahí había una clave que necesitaba descifrador. Todo eso se agolpa en el lector adulto de este libro precisamente porque se resuelve, o se resuelve hasta el punto en que eso es posible. La alegría de leer a estos autores se acrecienta porque se lee en compañía de tres especialistas que te van haciendo, precisamente, descifrarlos. Y por mucho que hasta ahora los hayas leído y repasado y hasta memorizado y recitado, aquí vas a encontrar nuevas luces y nuevas referencias que te van a dejar con esa sensación de la que ya hemos hablado en tantas ocasiones, tan placentera, de haber aprendido algo que un rato antes no sabías.
Calvo, Barrera y Sianes, cada uno dedicado, respectivamente, a Lope, Góngora y Quevedo, con coordinación e introducción de Calvo, van verso a verso, y no es un decir: verso a verso, en página paralela a la de la obra, explicando, comentando y desenmarañando ese verso en particular al lector de hoy. Y no sólo al lector estudiante, como decimos, sino al lector ya experimentado pero quizá no experto en estos poemas, adulto y «leído». Pero cualquiera podría pensar, por lo dicho hasta ahora, que este libro (y sus compañeros de colección) simplemente descifran. Y por supuesto que no se quedan en eso, sino que se amplía la enseñanza a comentarios técnicos, localización de tema, análisis de tópicos literarios y de recursos, y hasta un epígrafe final, en el comentario de cada obra, de «Referencias literarias», que nos lleva a otros autores y a otras épocas y enfoques importantes para crear una comprensión más amplia de lo leído.
Y así con un total de 60 obras, recorridas y leídas verso por verso, a lo que se añaden los necesarios y diversos índices y, aparte de las referencias externas de cada caso, una bibliografía sobre cada autor.
¿Y esto lo ha hecho un equipo editorial de treinta o cuarenta especialistas durante un par de años? No: cada autor, como decimos, a su autor; y la coordinación editorial, todo lo demás.
Y así es como se trabaja en las editoriales heroicas, esas a las que luego llega Hacienda y prácticamente obliga a cerrar porque «no se cree» que alguien pueda trabajar tanto; esas editoriales a las que las grandes de los libros de texto tiran con bala o con obús en cuanto pueden porque, claro, ponen de manifiesto que los libros de texto, cuanto más canónicos, menos útiles.
Aparte de la reflexión acerca de la necesidad de la existencia de libros como Poesía Barroca Comentada, existencia que por sí sola es toda una denuncia del sistema educativo, de sus «premios a las prescripciones», de sus negligencias, lo que se consigue con este tipo de obras, o con esta en concreto y sus compañeras de colección, es que el público general tenga una herramienta más para seguir ampliando su comprensión. Este libro podría haberse editado y distribuido perfectamente como un libro para el lector de nivel y de interés, y nadie se habría extrañado (aparte de esos que se extrañan siempre, pero estos no nos importan).
Pero es que estas gentes de Alegoría son profesores, y creen en la enseñanza. ¿A lo mejor hacen bien?