También leemos tweets, peligro

Que como por aquí no hay muchos aficionados a dejarse zarandear por las redes, ni a presenciar los zarandeos que otros se llevan, pues nos dicen que ha llegado a parecer casi como si ignorásemos cualquier forma de lectura inventada con posterioridad a 1500; pero eso es malicia nada más. Hacemos lo que podemos por mantenernos al día, sólo que no pensamos que mantenerse al día signifique estar al tanto de las nuevas listas de bestialidades e insultos que se inventan y sobre todo la causa por las que los profieren tantos millones de tuiteros; que sabemos que están ahí, pero no vigilamos con frecuencia. Pero hoy, para que los maliciosos se fastidien, traemos la lectura de un tweet sobre un incidente que para muchos es menor, pero para esta web no. (A propósito, alternaremos grafías inglesas y españolas porque sí.)

Y luego, como es natural, hemos ampliado las fuentes y las referencias, y aunque no nos las queremos dar de periodistas, hemos llegado a la tercera confirmación, por así decirlo, que es lo que traemos aquí (porque el propietario y titular del tweeter no quiere que salga aquí su nombre, y está muy bien que así sea). Hasta el diario ABC lo público clara y distintamente:

¿Pero esto qué es? ¿Un pájaro? ¿Un avión? Casi: es una portavoz del gobierno catalán, respondiendo en su propia tele a las preguntas que probablemente algunos de su departamento habían preparado para hacerle. Pero para justificar que esto es El Leedor, pondremos ya el tweet original de este comentario:

 

que va en pantallazo sacado, para que veáis que no es cosa inventada por nadie de por aquí, del mismo diario ABC, con sus anuncios y todo. No os vamos a ofender traduciéndolo, que sabemos que aquí todos sois muy letrados; solamente aclararemos, porque por algún motivo que se nos escapa es la palabra que ha dado más problemas, que ese rétol de la última frase es rótulo (misterios interidiomáticos; a veces una palabra fácil se atasca).

 

Bueno, entenderéis que cuando pusieron ante nuestras gafas este tweet, inmediatamente quisimos confirmar que no era uno de los típicos inventos venenosos de la red y todo eso; y lo confirmamos, y hasta lo confirmaron algunos diarios, entre los cuales estaba, por ejemplo, este ABC que sacamos aquí. Así que a lo que vamos: que sí, que era verdad, que había sido verdad, que el 15 de junio de 2022 volvió la censura beatofranquista a la tele: pero ojo, no a esa tele de esa «España franquista» que los administradores de la tele catalana precisamente andan diciendo por el mundo que es la que hay sino, muy al contrario, a la tele de los administradores de ese gobierno catalán que no sabe ni de dónde viene ni por dónde va, ni evidentemente le importa saber quién es. Pero al que tan frecuentemente se le escapa el tufo de estar gobernado por una especie de cármenes-polo-de-franco, se diría que señoras como las que parodiaba la actriz precisamente catalana, muy cerradas en su mundo, muy cerradas en su apellido, a veces diciendo orgullosas como señal de toda su identidad «Jo soc la dona d’un catalá», y otras veces ampliando un poco su trompeteo para acabar sonando como «La madre superiora».

– Muy escotadita veo yo a la portavoza, Andreu -le decía esa mañana a Andreu su dona, durante el segundo desayuno.

– Mujer, hoy es normal ir así, total, fíjate: en la misma playa -erraba Andreu casi como para ganarse un premio a la mayor metedura de pata matrimonial de la mañana.

– Y pero, ¿es que no colocaste tú al director general o al general director o como los llaméis, de esa televisión? Pues es que a estas horas… no; qué quieres que te diga: no. Y eso lo vería cualquiera. Ayer mismo comentaba con mosén que…

– Si estáis de acuerdo mosén y tú -cortaba Andreu- por supuesto que llamo ahora mismo.

O algo por el estilo es lo que se adivina por detrás: una pausita de 25 segundos en el directo, y le suben el escote con «agujas» (ya serán imperdibles o alfileres) a la portavoz, y hasta, como añade el tweet, le ponen un rótulo más grueso (en todos los sentidos) casi hasta crear ahí uno de esos anuncios por sobreimpresión que se ponían en los partidos de fútbol de hace veinte o treinta años, y que ocupaban hasta un tercio de pantalla.

¿Esto es cierto?

Sí.

Después de tantas guasas y tantos denuestos y tanta mofa sobre los famosos chales de Prado del Rey allá por los 60 y los 70, en muchos casos mencionados como síntoma febril definitivo de gilipollez puritana, resulta que lo han recuperado quienes se creen con más derecho a esa mofa y a esos denuestos: ¿una vez más, dime de qué presumes…?

En fin, que el Leedor de este curso se estrena con un tweet leído, y que quede constancia. Y que quede también de que eso del puritanismo gilipollas no es que sea una cruzada de esta web: es que es verdad que está volviendo y que más nos vale desinflarlo antes de que vuele alto.