15 Dic Brutos o cursis. Cursis y brutos.
Brutos o cursis. Cursis y brutos.
Isabel del Val
El caso es que no quería, pero me veo obligada a volver al BOE, maldita sea mi sombra.
No queda más remedio que reproducir la pacotilla tal cual es:
«Esta situación sugiere la necesidad de un reajuste de este marco de actuación y, a tal efecto, se desarrolla la actualización de este procedimiento, que ha servido de base para la creación de un Sistema Nacional para la prevención, detección, alerta, seguimiento y respuesta cuyas causas, medio y/o consecuencias están relacionadas con la desinformación.»
Si no se entiende así, de momento, sépase que todos los prolegómenos que ahorro se refieren a que hay mucha gente mala por aquí diciendo cosas que son muy mentirosas, y que cómo no va a meterse nuestro benéfico gobierno a arreglarlo, que las mentiras son cosa muy mala. No es posible que alguno haya olvidado lo que asomó la cabecita entre el fango, para meterla rápido a continuación, en pleno primer ataque del COVID-19, y en una de las ruedas de prensa del principio, a la que acudía personal uniformado de alta graduación incluso. De pronto, en una de esas ocasiones, se dio a conocer que el gobierno había encargado a la Guardia Civil que pusiera en marcha algo, que organizara un equipo, una cosa así, para… detectar y atajar las manifestaciones de información maliciosa contra los proyectos más o menos anti-COVID aunque no exactamente eso, pero tampoco muy claramente extendido al resto de los contenidos, aunque desde luego si estos tocaban el problemático asunto…, y así hasta completar las mil y una curvas de esos laberintos retóricos en los que se meten los que no saben cómo vender algo invendible.
Pero ese mismo día, que fue uno de los primeros del pasado noviembre, andaba yo con mis 78 diccionarios Administración-Trotsko-Meapilas-Castellano intentando descifrar eso cuando la BBC tv me arroja a las gafas un scroll que me puso los pelos de punta: «El gobierno de Hong Kong invita a sus ciudadanos a chivarse de sus vecinos» (traducción mía, pero aquí va el original para que lo compruebe el que quiera: to snitch on their neighbors«.) Me miré los pelos, en efecto, especialmente los de las espinillas, que descuido o más bien dejo descansar durante el otoño después de tanta maquinilla de afeitar (espinillas) veraniega, y quedé todavía más extrañada, porque me di cuenta entonces de que ya estaban de punta antes de leer esa burrada honkonesa. Es que mis ojos habían seguido deslizándose por el decretillo español, y habían llegado a algún párrafo de más abajo. Concretamente este:
«En este sentido, las autoridades competentes podrán solicitar la colaboración de aquellas organizaciones o personas cuya contribución se considere oportuna y relevante en el marco de la lucha contra el fenómeno de la desinformación». Copia literal.
Sí.
¿Cómo se puede ser a la vez tan cursi, tan rematadamente cursi, y tan bruto? ¿De verdad creen que no nos vamos a dar cuenta de que eso es sencillamente reinaugurar una comisión de censura? Con tal de no oír la más ligera cosita que les incomode, son capaces de cargarse los principios más elementales e indiscutibles de nuestra y de cualquier democracia. Cómo les permitimos que se pongan a nuestro lado a opinar contra Trump. Y esos textos, sean del BOE, como si fueran de la Biblia o del PopolVuh, no son más que viruta prescindible que no pasará a la historia, y son basura sintáctica, y son pacotilla.