¡Histórica datación!

¡Histórica datación!

Micaela Esgueva

 

Quizá hay que haber estudiado la carrera de Historia para saber que la burocracia pre-estatal española, la de los reyes medievales y sus equivalentes premedievales, que era abundante, estaba toda ella fechada, como debe ser y deben hacer los buenos funcionarios (entonces no se llamaban así) pero no con un calendario como el nuestro, y ni siquiera con el anterior calendario Juliano, que era más o menos como el nuestro pero adelantado. Pero da igual: hay miles y miles de documentos, contra lo que se suele pensar, o contra lo que los tópicos escolares obligaron a pensar, de esa Edad Media española mucho menos oscura de lo que a algunos les gustaría. No exagero: miles. Y todos muy seriamente escritos, y en algunos casos con un valor y un vigor que ha llegado hasta la actualidad… y todos fechados, sí, pero según un modo de contar el tiempo que se llamó «Era Hispánica». Sí, como lo lees, que no es una broma.

Por ejemplo, algo escrito (una instrucción, una croniquilla de viaje, un convocatoria de cortes) en el año 1200 de nuestro calendario, en aquel momento era fechado en el año 1238. Esa «Era Hispánica» como regla de tiempo comenzaba el año 38 antes de Cristo. No es que tenga mucho misterio; cualquiera que haya estudiado Historia, ya lo digo, lo conoce: Augusto, el mismo Octavio César, declaró ese año la pacificación de Hispania y el comienzo de esa «Era Hispánica».

Pues menos mal que lo hizo un tío tan localizable y documentado, porque de haber sido otro el tío o el motivo, los historiadores tendrían un buen marrón para cotejar fechas de unos países a otros, en todos esos asuntos en que es necesario cotejarlas: bodas, matanzas y eso.

Tan fácil y tan suave iba la documentación con ese 38 A.C. como punto cero, que su uso se prolongó y se prolongó, y de pronto alguien pensó que aquello ya era un poco añejo, que sólo traía líos y que a lo mejor podríamos ponernos ya con todo en lo que por otro lado manejamos, que es el calendario este que, mal que bien, funciona tomando como referencia el nacimiento de Jesucristo. En el año de 1383, hace casi 637 años, unos señores eran convocados a cortes en Segovia por Juan I de Trastámara. Unos eran propietarios y aristócratas. Otros eran oficiales y campesinos libres. Pidieron y consiguieron que se abandonara esa «Era Hispánica» como referencia de datación. Etcétera.

Solemnidad. Distancia. Conciencia de la propia (poca) importancia.

Lo Sublime.

Aunque puede que hoy haya que fijar un nuevo punto cero para nuestras dataciones, abrumadas como hemos quedado todas por lo sublime, la conciencia de la propia importancia, la distancia y la solemnidad del factum anunciado, que además le da un nuevo olorcillo, una hierba más, un nuevo matiz a eso de la petulancia (¿o será a la arrogancia?):

@PabloIglesias – 16 oct.

El 17 de octubre de 1978, hace casi 42 años, una niña y un niño nacían en Madrid. La niña se llamaba Isabel Natividad: el niño Pablo Manuel. Ella se apellidaba Ayuso; él Iglesias. Báilalo Iker Jiménez

happy birthday

Soy de provincias de Madrid, soy cateta, soy todo lo que queráis, pero os juro que no había visto en mi vida a nadie hablar así de su cumpleaños. Así que lo tomaremos como nueva datación. O sea que estamos en el año 42 E.P. (Era de Pablo).